“ La niña perdida de Mizdraji en Bella Vista”
Hace algunos meses cuando el arte era universal en el
pueblo, llegaba una exposición de
pintura de José Mizdraji, de pequeños formatos, una gran obra dividida en 60
pequeños cuadros que fueron expuestos durante varios días en el salón
Yapeyú y otros en la oficina de la casa
de la cultura.
Esta obra había llegado a la ciudad luego de ser
precisamente cuidada y embalada en Ctes,
y luego descargada y colgada por su mismo autor con la colaboración
minuciosa mía y de Mario sivori (Director de Cultura) en el salón, donde luego se
inaugurara con presencia de público y en la semana muchas visitas de escuelas.
Cuando al muestra al fin finalizó, se realizó el proceso
inverso, hasta habíamos guardado las misma cajas y los mimos papeles para
devolver la obra a su autor…una siesta finalizamos la tarea y contamos la 60
partes de la obra increíble de José Mizdraji, todas incluyendo las cuatro que estaban en la
oficina de la calle salta, y así partió
Un jueves José me llamó con su tono amable y preocupado, que
había notado que solo del envío habían
llegado 59 piezas, que podía ser un error, que no se acordaba de que cuadro e
trataba, que nos comprometíamos ambos a buscar,
aquí y allá en su atelier, nos despedimos con un abrazo, luego de aquello
aquí….
La gente con el salón vacío empezó a sentir no solo la
presencia de una niña, sino que algunos la vieron, el sereno Carlos dejo de
subir en horas de la noche para cerciorarse de que la luz estuviera apagada,
por esa presencia, Pablo, también la vio una tarde noche cuando volvió a dejar
algunas cosas en el depósito de arriba, los de la oficina de prensa, donde el
vidrio es traslucido y no muy alto vieron la sombra de una niña jugar en el
salón o oscuras, otros hasta creyeron escucharla o verla jugar con un globo en
las sombras.
La leyenda empezó a crecer, típico de un enigma misterioso,
los más escépticos aun lo niegan, pero
juro que mí se me erizaba la piel al
subir las escaleras silenciosas para llegar al Yapeyú en esos días enormes,
vacíos, fríos y en sombras.
Al fin un viernes de tarde cuando el sol e ponía rojo en
dirección a la plaza, sonó el teléfono, era la voz de José, diciéndome no te
preocupes Gustavo la obra apareció, estaba muy bien envuelta en papeles y muy
bien cuidada embalada por Marito seguro, nos dijimos…tímidamente le pregunte
cual era la obra perdida y él me dijo con su voz tranquila
La de una niña
jugando con un globo en sombras contra en crepúsculo rojo.
(un tiempo después le conté a José la anécdota)
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal