05 marzo 2009

ECO DEL RELÁMPAGO



Hay una canoa sin dueño
atascada en la garganta de la arena
lejos aquel presagio del remanso
es una verde y oscura cicatriz, solo un hilo de agua…
a distancia siempre marcado por la seca perdurable,
la que llama los pájaros a silencio
sobre el ramaje en contraste con el rojo de la tarde.

Quieta sensación del navegante
quieta sensación en la pequeña nave
muda la imagen inaugurando sombras
sobre la tibia arena amarilla y marchita del tiempo.

Pero hay una sombra que corre furiosa
cual un fantasma errante sobre la gramilla
moviendo los brazos remando contra el viento norte,
remando sobre sus nubes de alcoholes que vuelan tacando
el suelo….
Furiosa sensación la de navegar sin proa, sin destino
apresado por designios terrenales para siempre.

mínimante hay milagro igual…
Vuela altivo el mensaje en la curvatura del planeta,
es que otro por él en la religión despliega las redes,
mandato ancestral para sus hijos y nietos.
La voz aparece como un relámpago y dice…
“No tengo mas nada que mostrarte; hoy comienza tu propia
enseñanza.
de ti dependen todos los conocimientos
de nuestros antepasados,
entonces no falles”.

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