24 agosto 2006

jaguar herido

Elogio de la palabra(No tengo más que mi palabra) Aimé Césare

En un principio, se sabe, era el verbo, es decir, la palabra que ilumina la sombra, brotando como un manantial inteligente. En la gran Nada primordial irrumpe la palabra en la boca de los dioses. En el Popol Vuh leemos que no había nada dotado de existencia, que estuviera en pié: sólo el mar y el cielo en toda su extensión, ambos vacíos y en reposo, y que entonces llegó la palabra: Tepeu y Gucumatz hablaron en la oscuridad. O sea la palabra no esperó que el hombre existiera, pues sin ella ¿Cómo se hubiera creado al mundo y al mismo hombre que la habita? Es el viento de la palabra con su tono imperativo, el que engendra el universo.(Adolfo Columbres).

Hace pocas horas regresé de la capital correntina de un encuentro de poesía, uno de ellos el poeta Jorge Sánchez Aguilar se sumó a esta idea con una frase “El árbol es el que engendra la palabra”.
Esta concepción original del poeta no es casual, se suma y se siente en una cultura arraigada todavía en el seno mismo de la selva de Misiones y de la república del Paraguaya, donde las pocas tribus que quedan de guaraníes consideran sagrado a la raíz, a las alas y las patas del animal selvático, como hermano en creación.
El niño no es considerado como ser humano, digámoslo de alguna manera hasta no emitir palabra.
Cuando esto sucede entre los ocho y diez meses de vida, la comunidad se reúne en ritual y en esta ceremonia que suele durar mas de un día, el chamán descubre el nombre que le corresponde no a él, sino a su ALMA.

En medio de estos vientos que engendran nuevas palabras ahora solo encuentro para seguir a este “JAGUAR HERIDO”


JAGUAR HERIDOCon los pies desnudos, sigue por siglos ahuyentando a su paso a las infaltables serpientes de la historia, metáfora de venenosos tropiezos en el único camino de la vida.
Gira de vez en cuando, a contratiempo de la curvatura del tiempo, sobre la caliente “piedra sola”de Atahualpa.
Su alma natural, hecha de agua de origen, tierra, cielo, no se divide en días sino en milagros de emociones, que lo perforan como si fuera una daga a cada sublime celda de los poros de su cuerpo, de carne, sangre y barro milenario.
Se distrae, no sabe cómo?Sin saber el porqué?Jamás quiso inventar esa filosofía, de la palabra-cáncer... esa enfermedad mortal y a la vez inevitable...
La que recorre su alma felina, como un zumbido ancestral que trata de atrapar su cabeza, esa sombra tibia, que habita errante entre la tarde y la noche más oscura...En Plena cacería, sobre la sombra arremangada de unos árboles, un astro germina dando a luz una semilla brillante, y se la muestra no sin sorpresa, como quien explica en silencio natural que la vida misma es siempre otra cosa...
Solo dependerá para sentirse vivo, del asombro y del instinto animal de su alma...
Ahora el hombre-jaguar corre por la verde selva de América, ya no sabe de palabras y de la sombra filosófica de su cabeza, entonces se arrodilla para besar el borde frío y luminoso de la luna, sobre el borde exacto de sus almas encontradas jaguar-humano...
Y antes de gritar su nombre en su herida secreta, el cacique se vuelve a callar, mortalmente herido de silencio.

1) arte pop contemporáneo
2) juguete gauraní, realizado por "Raiyabaytera Pikayena" (Marciano Aquino).
3) "jaguar herido-prosa" Gustavo Oviedo

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