24 enero 2018

plenitud

VA CIANDO
Ante tanta demanda de palabras, a veces uno debe vaciar el cuerpo, como esos finos huesos ahuecados de pájaros,  o como cáscaras, vaciando de sangre y de venas a todo el cuerpo, dejando espacio para un resplandor, para la luz, para que algo de nuevo ilumine.
Y así estaba, con más de 50 horas de viajes en la ventanilla, yendo y viniendo, viendo un paisaje verde de pastizales crecientes, de pájaros anónimos en vuelos hacia puntos infinitos, y en ellos también iba yo perdido  a veces en bandada, a veces en vuelo solitario, intentando alguna justificación de aquí y de allá, como en que en algún destino fuese cierto entre ciudades, algo verdaderamente… y en esos viajes un día corrí las ventanillas y vi que ese paisaje giraba en círculos, hacia sus espaldas, porque al fin pensé que regresaba, después sonreí ante esa posibilidad poco cierta… en un viaje ya no hay indicaciones hacia dónde.
Y otras de esas mañanas que el mundo quizás parece llamarle vacías, una nena con un burbujero, y con un viento empujado, de esos vientos de ahora, que no se sabe si son del este, del noreste,  del norte, del oeste, un viento raro como los de ahora,  cálido o frío como son ahora,  empujado por un viento del este, o del oeste, de esos vientos raros de ahora,  empujaba simples burbujas y yo quise atrapar una, y ella frunció el ceño, pensando que yo quería algo no era mío, después entendió que sí que necesitaba, que jugaba
Y entonces entendí, que ya no tenemos permiso los poetas y la poesía….para la soledad
Eso debe ser algo extinguido
entonces si en este mundo que intenta que intenta exterminar a la poesía y a los poetas

Aun asi , aun asi existe el milagro de la plenitud.

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