El Divino Padre Eterno
Celebración tradicional "Padre
Eterno", una vez al año, promeseros de todas las edades, alferes con sus
vestimentas religiosas, promesas silenciosas, y los conjuntos de chamamé más
tradicionales, acompañan este familiar encuentro en la fe cristiana mas
antigua, la imagen que comenzó su peregrinar en zonas rurales, lleva ya mas de
ciento cincuenta años en custodia familiar (Monteros), y otras cercanas Sosa,
Caballero, Monzón.
cuanto vale está alianza que se mantiene
por más de un siglo en las familias, en ese patio con la comida comunitaria,
los encuentros, la velada y el rezo amanecido para esperar el día, varias
generaciones de familias que viven el cuidado al detalle de la fe, y los
valores, cuanto vale en este tiempo, volver a un ritual y parar el tiempo, para
ver el rostro, los ojos, apretar las manos del otro el prójimo, en absoluta
verdad. Es de una extrema maravilla poder reconstruir los árboles genealógicos
de cada familia, en ese hilo conductor de siglos en ese misterio del santo
poseedor de la trinidad, en uno, sagrado, negro mulato traído desde el fondo
mismo de la historia.
De dónde vendrá al fin la pregunta,
con qué pasado nos conecta, este círculo donde todas las emociones son posibles
cada año, a que remite ese arrojo de monedas que los niños buscan como tesoros,
mientras el santo pasa de mano en mano, en un círculo ritual interminable, una
danza poderosa, un presagio que vuelve poderoso a los creyentes, que invisible
vuelve invencible a este pueblo de los humildes, hay un leve magia, una
sabiduría de abuelos que sigue intacta. Esa levedad que Doris presta al
catalicismo clásico como una ofrenda más, para conectarlo, para hacerlo cercano
al credo establecido, pero aquí el poder es otro, es sencillo es sanador, como
un remedio de yuyos, con ese aroma todos los años se levanta el Padre Eterno.
"
El origen y la devoción a Dios Padre o el Padre Eterno, no
es fácil de constatar si bien es cierto que, hasta el día de hoy, al menos en
Centroamérica, cuenta con iglesias y santuarios puestos bajo su titularidad, y
se siguen difundiendo estampas e imágenes que muestran a un anciano venerable
coronado por el triángulo equilátero y sentado en un trono. Sabemos. no
obstante, que a comienzos del siglo XVIII se introdujo en México la fiesta del
Padre Eterno el quinto domingo del tiempo pascual, de la que se han publicado
algunos sermones, así como novenas, muestra evidente de que alguna popularidad
hubo de alcanzar."