23 junio 2007

LA FAMILIA DE JAGUARES




“Symbad trepaba con sus garras sin descanso, esa escalera imaginaria, roja las piernas en esa fricción enloquecida sobre el territorio de esa frías sábanas…
¿Quién se había robado su mundo ideal de un golpe?... como un disparo de pólvora en medio de la selva, y este eco que le devuelve el frío de luz de la incubadora.
Llora entonces por las miserables derrotas de sus progenitores, todas simples derrotas terrenales.
Su piel como escamas pequeñas tibias y rojas, se va ensanchando en la espesura de su espalda.
Sopla “Symbad” boca abajo en su mundo invertido para crear sus pulmones, y construye un espacio diferente postergando el encuentro de las lunas.

“Symbad” juega equivocado en los relojes a ser niño prematuro y se declara en debate filosófico y bohemio, sumado noches, esperas, días y soles acumulados todo en su caja de cristal.
“Symbad” gruñe 35 semanas y saca ventajas, crea en su corazón espacio para dos bibliotecas, crea dos brazos felinos para atrapar a “Luca” (Agustín), y escuchan juntos anticipándose los discos de pasta y los mp3.
Brama “Symbad” como un jaguar encerrado y sus frágiles garras definen su presa de puro instinto, marcando el sitio con una estrella roja…

A dos piezas de distancia, descansan dos tetas calientes e hinchadas como en un juego más, perverso de no verse y no encontrarse todavía.
“Symbad” (Álvaro) sonríe copiando por momentos la comisura de la mejilla de su hermano, sin espejos ciertos, sin verse todavía, solo se habían escuchado, uno de cada lado de la selva…
Agustín resiste, desespera, pero es viajero y corre deprisa para buscar lápices y tintas y reconstruye con colores a su hermano “el engendro”.

Sin verse todavía, sin presencias ciertas se arma un tablero:
“Symbad” la calma, la filosofía, la fruta prematura para un mundo ahora lerdo.
“Luca” la nota musical, sonora de voz brillante, el mundo de los colores.
“Jesica” la selva donde sucede el milagro húmedo de ser más.
“Y el Bramido” de furia y de sangre, con las garras marcando las cuatro direcciones de los vientos para indicar
EL TIEMPO DE LO SAGRADO.


12 – 06- 2007

22 junio 2007

HUBO UNA VEZ UN HOMBRE QUE CREO LA BANDERA



Había una vez…un hombre llamado Manuel, que tenía un sueño tan pero tan grande que decidió contarnos esta historia todas hechas con cosas pequeñas.
La historia lo condenó a Manuel casi al olvido, el día de su muerte es el día de la Bandera, por eso es importante recuperar el cariño que el nos enseñó por ella como manera de recuperar al hombre que esta detrás.
Como hacerlo para que desde la más tierna infancia, recordemos a los pensadores, innovadores y revolucionarios, portadores como en este caso el de Manuel de una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Todavía se sigue diciendo por ahí que Manuel murió pobre, como si la condición de acumular riqueza garantizara la existencia y la permanencia de nuestros héroes, y no la de aprender a morir con el desprendimiento, el desinterés, como condiciones formativas de la infancia.
Manuel compartió su formación con escritores y hombre de letras que le aportaron muchas ideas en su paso por Europa, donde aprendió de los derechos del hombre que le aportan Dios y la naturaleza y los países a través de sus letras.
O alguien escuchó hablar de los derechos de los niños dentro de la constitución y su reforma ?.
Manuel preocupado por esto por los más chicos, demostró gran interés por la educación y la escuela. De que sirve decía las horas en clases con tanta preocupación de las maestras si luego en la calle se los hace trabajar, se lo engaña a veces hasta en el mismo hogar.
Consideraba que la educación llegaba a poca gente si no colaboramos todos, “tenemos muchos libros muy bien escritos, que contienen descubrimientos y experiencias que se han hecho por ejemplo en la agricultura, pero de que sirve si ese libro jamás lo podrá leer un agricultor.
Siendo secretario del consulado en 1794, propuso por primera vez que la educación sea estatal, gratuita y obligatoria.
-La cosa es sencilla “Como quiere que los hombre tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios, y que el gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación.
Todo esto pensaba el joven Manuel y soñaba con libertad el pueblo que lo vio nacer, su patria y decidió crearla a orillas del río, en un paisaje como este, con barrancas y el Paraná como fondo y jamás pensó Manuel que esta bandera solo sirviera para las tontas guerras y para dividir y para demostrar poder.
Pensó que bajo aquél cobijo celeste de los cielos y blancos de las nubes… del paso del tiempo… la bandera serían portadas por niños y no por ejércitos, portadas por trabajadores y no por desocupados, portadas por estudiantes y no por jóvenes marginados socialmente.
- Manuel me dice a través del tiempo, ahora en este día que la recordamos, la bandera de la Patria se crea y se dignifica todos los días o sino no hay bandera.
A partir de este juramento, que es para siempre… se hace de nuevo… La Bandera desde que preparo mi mochila a la mañana, desde que veo trabajar a papá haciendo patria como mi héroe, mi ejemplo, mas cercano… a mis maestros dignificando la educación que soñara Manuel para igualarnos, con oportunidades para todos!!!!!
Entonces sí, La veo flamear y me emociono por las manos simples que la crean, por las almas nobles que las sueñan…y por estas palomas en mi corazón, celestes y blancas de mi patria que me dicen que el presente es posible.
Manuel sabía que necesitaba ayuda para hacer la patria, solo le puso colores y marcó el rumbo.
Ahora hemos hecho el compromiso… es para siempre…para que nunca deje de flamear…debo tener memoria y fantasía y sueños…para que vuelen sin descanso estas palomas, celestes y blancas y dignas sobre los cielos de las aulas, sobre el cielo de me Patria.

14 junio 2007

LO QUE ME DIJO LA CIGÜEÑA

“En una sala de relojes enloquecidos, agujas, minuteros, calendarios en suma, arenas cuerdas manecillas, campanas…
María da a luz a un niño a empujones ciertos a las 8 y diez.
Jesica en cesarea es abierta como una fruta en tajadas, y entrega otro niño a las 9 en punto.
Matilde camina deprisa y aprieta sus labios con un dolor germinal, extraño y dará a luz quizás a las menos diez.”

Moraleja: lo del tiempo y el reloj siempre fue una mentira, los niños lo inventan con sus llantos y sus ojos abiertos.



“Las voces del mundo me llegan como trastocadas, fragmentadas como reflejos de un espejo, roto, por la furia de mi íntegro silencio”.


“un óvulo y en esperma se cruzan para crear un mundo único, y ya, el Nacimiento, para pronto salir a desandar lo creado, para que otros lo encuentren”.


Como semillas de disímiles lunas, se abría este surco eterno del tiempo y la vida sobre el campo santo de mujeres preñadas de la siembra.
El fruto entonces en espera y la floración… de lunas disímiles y de recuerdos de lluvias.